La separación y los conflictos acerca de la tutela

La separación y los conflictos acerca de la tutela

en
El filme iraní “La separación”, que fue premiado con el Óscar a la mejor película extranjera del 2013, pone de relieve muchas de las facetas más dolorosas del divorcio y de los conflictos entre los padres, que trascienden las barreras culturales. La mirada lúcida de la hija adolescente que asiste impotente a las dificultades para ponerse de acuerdo entre sus padres, que siendo ambos buenísimas personas y queriendo mucho a su hija, la ponen en un conflicto de lealtades que se suma al sufrimiento de ver a su familia dividida. En la última escena, que es de final abierto, dejan a la hija la decisión de con quién vivir. Es sin duda importante escuchar a los hijos y ver las necesidades, pero cargar con la responsabilidad de escoger es un dilema demasiado pesado para cualquier niño. Buscar una mediación que considere los intereses y necesidad de los niños y las posibilidades de los padres, es una alternativa. Ciertamente la decisión nunca dejará contentos a todos, pero disminuirá el peso del conflicto de los hijos. Es como hacer que los hijos respondan a la tonta pregunta de ¿a quién quieres más? Es legítimo y habla bien de los padres que ambos quieran la tutela de los hijos y cuidar de ellos, pero no es legítimo descalificar al otro y poner a los niños en la disyuntiva de elegir entre las dos personas que debieran ser más importantes en su vida. Es demasiado arriesgado para los vínculos. En la historia bíblica del rey Salomón, la verdadera madre cede a su hijo. En “La separación”, una pequeña niña, hija de una pareja de los sectores pobres de la cultura iraní, se perfila como una víctima de la violencia conyugal. La pequeña mira, deambula y dibuja, absorbiendo las vicisitudes de sus padres, engarzados en un conflicto que amenaza todos los vínculos que podrían darle alguna protección y seguridad. La alianza y el juego entre las niñas es quizás el único momento en que el espectador logra un momento de relajación, y posiblemente también para los niños, la posibilidad de estar acompañados por amigos o primos de su edad resulte protector y sanador. Otro aspecto que los padres suelen creer que es suficiente para no involucrar a los niños es pedirles que se vayan a su pieza mientras ellos discuten. Pobre estrategia. Los niños no asisten, pero saben o se imaginan lo que está sucediendo cuando sus padres cierran la puerta, están al mismo tiempo adentro y afuera, con altos niveles de ansiedad por lo que podría estar ocurriendo. Resulta a veces patético cómo los padres sostienen que los niños no se dan cuenta de los conflictos existentes, porque ellos se cuidan de no pelear delante de ellos. Y después escuchar la narrativa de los niños sobre las peleas entre sus padres, de las que han sido mudos testigos, describe de manera bastante exacta los hechos. Pedir ayuda en situación de separación es esencial. En algunos países existe una capacitación para el divorcio, y muchas veces una terapia. Es una situación crítica en que la posibilidad de que las emociones inunden a todos los afectados es enorme, y desde esa perspectiva la probabilidad de desregularse y decir o hacer tonterías es enorme. Si está pensando separarse o en proceso de separación, ver la película es recomendable, aunque un poco amarga como medicina.
Psicóloga Neva Milicic
Fuente: Revista Ya, El Mercurio

0 Comentarios

DEJAR UN COMENTARIO